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Si bien no había prosperado en el Congreso Pedagógico de 1882 la propuesta de condicionar el derecho al sufragio al dominio de la lectura, ya en los comienzos del sistema educativo argentino, los textos escolares aprobados y supervisados por el Estado, conjugaban una visión política-moral (formación de una identidad nacional homogénea, y una participación ciudadana restringida a los límites repúblicanos), otra metodológica y didáctica (palabra generadora como punto de partida) y una visión editorial-empresarial (Editores, Fundición Nacional de Tipos de Imprenta, papel, etc). |
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